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domingo, 22 de octubre de 2017

ROSQUILLAS DE HUEVO DE LA ABUELA



Parece que por fin hemos dejado atrás el "veroño" para dejar paso al otoño, que casi estamos ya en Navidad y todavía estábamos en bañador.
En casa, mi hija y yo, ya hemos empezado a tomarnos té con especias (una receta propia de té verde, ajonjolí, anís estrellado, canela y limón que tiene muchos años) acompañado con una torta Inés Rosales, maravillosa, o cualquier otra cosita casera...
Éstos roscos de huevo hacía muchos años que no los hacía, y cuando los he recuperado me duran un día de los ricos que están y los recuerdos que nos trae su sabor.
Es un dulce que se hacía mucho por su sencillez y lo barato de sus ingredientes, es una pena que se vayan perdiendo las recetas de nuestras madres y abuelas que eran tan ricas, fáciles y auténtica dieta mediterránea. Por mi parte me preocupo mucho porque mis hijos sigan disfrutando de ellas y, en lo posible, intento que en el futuro ellos sigan cocinándolas.¡Ojalá fuera así!
En la receta os pongo medidas de cuchara sopera, pero antiguamente se usaba la misma cáscara del huevo, mi madre también la usaba para llenarla de aceite e ir incorporándola a la mayonesa cuando la hacía a mano y así la sigo haciendo yo.
No dejéis que se pierda la buena cocina, preparad estas rosquillas y ya me contaréis si os han durado mucho...
Disfrutad....


Con estas medidas salen unos 16/18 roscos de tamaño medio:
1 huevo
harina (un cuarto aproximadamente)
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra + la que necesitemos para freír
3 cucharadas de leche
3 cucharadas de azúcar
cáscara de medio limón
1 sobre de levadura
un chorreón pequeño de anís (opcional)
canela molida y azúcar para rebozarlos


Echamos el aceite en una sartén junto a la cáscara de limón sin nada de blanco para que no amargue. La freímos sin que llegue a quemarse. Apartamos y dejamos que se enfríe.
En un bol tamizamos unos 250/300 gr. de harina junto con el sobre de levadura y reservamos.
En otro bol echamos la leche, el azúcar, un poco de anís para darle un sabor más rico y el aceite frío al que hemos retirado la cáscara de limón. Mezclamos bien con un tenedor y vamos añadiendo la de levadura con la harina hasta que nos quede la masa compacta pero algo pringosa, que se nos pegue a las manos, no demasiado consistente sino los roscos nos quedarían pesados y duros. En este paso los gramos de harina son aproximados, algo menos o algo más de la cantidad que he puesto pues depende mucho del tipo de harina.
Preparamos un plato con azúcar y canela bien mezclados.
Ponemos unasartén al fuego con abundante aceite.
Nos embadurnamos las manos con aceite para que no se nos pegue la masa, os recuerdo que nos debe de quedar pegajosa; y vamos cogiendo pequeñas porciones, como una nuez o un poco mayor, hacemos una bola y con el dedo le hacemos un agujero y damos forma. Las freímos en pequeñas cantidades porque se hinchan al cocinarse.
Vamos sacando a un plato con papel absorbente y antes de que se enfríen las rebozamos con azúcar y canela.
Desaparecerán antes de lo que pensáis...



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1 comentario:

  1. ¡¡ Me has hecho llorar, literalmente, al recordar a mi madre usando las cáscaras de huevo como medidas para el aceite y cualquier otro condimento !! Ella también hacia la mayonesa a mano, con la yema de huevo solamente....y ésas rosquillas, que tu has bordado, que has preparado con el amor y el arte gastronómico de nuestros mayores. Todo un legado que pervivirá en tu blog para futuras generaciones.
    Me ha encantado tu entrada de hoy.
    Besitos desde "Mi Cocina"

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